Los Profetas son los Mensajeros de Allah para Sus siervos; ellos les transmiten Sus mandamientos, les dan las buenas nuevas de la bendición que Allah ha preparado para ellos si obedecen Sus Mandamientos, les advierten del castigo eterno si Le desobedecen y les cuentan los relatos de pueblos pasados y lo que les sucedió por desobedecer los mandamientos de su Señor.
Estos mandamientos y prohibiciones de origen divino no pueden ser conocidos independientemente por el razonamiento humano, es por eso que Allah ordenó y prescribió los mandamientos y prohibiciones como una manera de honrar a la humanidad y proteger sus intereses. Pues las personas tienden a obedecer a sus deseos, cayendo así en lo prohibido, atacando a otros y usurpando sus derechos. Por lo tanto, es un acto de extrema sabiduría que Allah enviase Mensajeros a la humanidad, para recordarles cuáles son Sus mandamientos, advertirles sobre la desobediencia, llamarles la atención y relatarles historias de las generaciones pasadas. Porque cuando se oyen relatos maravillosos y se despiertan en la mente conceptos asombrosos, el sentido de la razón los adopta, aumenta su conocimiento y tiene una percepción correcta. Cuanto más escucha el hombre, más piensa; cuanto más piensa, más reflexiona; cuanto más reflexiona, más entiende y cuanto más entiende, actúa más y mejor. Por lo tanto, enviar Mensajeros es sabio y la mejor alternativa para evidenciar la verdad.[1]
El Sheij al Islam Ibn Taimiah[2] dijo: “El mensaje divino es necesario para la reforma del hombre en esta vida terrenal y en su morada final. Pues no habrá bienestar para él en el Más Allá si no sigue el mensaje como tampoco lo habrá en su vida terrenal si no sigue el Mensaje. Por lo tanto, debe seguir la Ley de Allah pues él vive entre dos movimientos: Un movimiento por el cual busca lo que le beneficia y otro por el cual se aleja de lo que lo perjudica. La Ley de Allah es entonces la luz que le muestra lo que es bueno o y lo que es malo para él mismo. Esa es la Luz de Allah sobre la tierra, Su justicia entre Sus siervos y Su fortaleza que le da seguridad a quien ingresa en ella. La Ley de Allah implica no una distinción física entre lo bueno y lo malo; pues incluso los animales pueden distinguir eso. El burro o el camello pueden distinguir entre la cebada y la arena. La Ley de Allah permite distinguir entre las acciones que pueden dañar a quien las realiza en su vida terrenal y en su Más Allá y las acciones que lo pueden beneficiar aquí y en el Más Allá. Al igual que el beneficio de la fe, creer en la Unicidad de Allah, la justicia, la corrección, la bondad, la honestidad, la castidad matrimonial, el coraje, el conocimiento, la perseverancia, fomentar lo bueno, prohibir lo malo, ser amables con los seres queridos, ser respetuoso con los padres, ser amables con los vecinos, cumplir las obligaciones, purificar las acciones para Allah, confiar en Él, buscar Su ayuda, estar complacido con Su designio, someterse a Su voluntad, creer en Él y en Sus Mensajeros y en todo lo que ellos informan, otras acciones que sean beneficiosas para el hombre en esta vida y en el Más Allá. En lo opuesto de lo anterior se halla la miseria y el mal en esta vida terrenal y en el Más Allá.
Si no hubiera sido por el Mensaje Divino, el intelecto humano no habría sigo guiado hacia los detalles de lo bueno o lo malo en esta vida terrenal. Entre los mayores favores de Allah para sus siervos está el hecho de que les envió a Sus Mensajeros, les reveló Sus Libros y les mostró el Camino Correcto. Si no hubiera sido por esto, los seres humanos habrían sido como el ganado, o aún peor. Entonces, todo aquel que acepte el mensaje de Allah y se mantenga firme en él será de lo mejor de la creación. Pero todo aquel que lo rechace y se desvíe de él, será de lo peor de la creación. No hay manera de que los habitantes de este mundo puedan sobrevivir a menos que sea por los efectos del mensaje que existe entre ellos, pues cuando los efectos del mensaje se eliminan de la tierra y se borran los signos de su guía, Allah desmantelará el cielo y la tierra y comenzará el Día de la Resurrección.
Aún más, la necesidad que tiene el ser humano del Mensaje no es como la necesidad del sol, la luna, el aire o la lluvia, ni tampoco es como la necesidad de su propia alma o como la necesidad que el ojo tiene de luz; ni como la necesidad del cuerpo por comida o bebida. La necesidad por el Mensaje es mayor que todo eso y que todo lo que podamos imaginar o pensar. Los Mensajeros son los intermediarios entre Allah y Sus criaturas en lo que respecta a Sus mandamientos y prohibiciones; ellos son los enviados entre Él y Sus siervos. El último de ellos, su líder y el más querido por Allah es Muhammad. Allah lo envió como misericordia para la humanidad y toda la creación. Allah hizo de él un ejemplo para los seguidores del camino correcto y una prueba para todas las criaturas. Él les ordenó a Sus siervos que sigan, amen, respeten y honren a Muhammad. Allah les hizo prometer a todos los otros Profetas y Mensajeros que seguirían a Muhammad (en caso que lo conocieran u oyeran hablar de él) y también les ordenó que les hicieran prometer lo mismo a sus seguidores. Allah lo envió ante el umbral de la Hora. Con él, Allah guió a muchos para salir del error, los rescató de la ignorancia, y abrió sus ojos ciegos con su Mensaje, los hizo oír y abrir sus corazones cerrados. Iluminó la tierra con su mensaje, después de que estuviera en la oscuridad y lo unió con los corazones separados. Con el Mensajero, mostró la fe correcta y le explicó el camino iluminado. Allah abrió su corazón, lo libró de su carga, elevó su fama y humilló a sus enemigos. Allah lo envió después de una pausa en la sucesión de los Mensajeros y la desaparición de los Libros Sagrados revelados previamente; cuando las palabras habían sido alteradas y la ley había sido modificada, cuando los pueblos confiaban en la injusticia de sus opiniones, tomaban decisiones respecto a Allah y entre Sus siervos acorde a sus propios deseos corruptos. Fue entonces cuando Allah guió a la humanidad a través del Mensajero y les mostró el camino correcto. Sacó a las personas de la oscuridad y las llevó hacia la luz a través de él y distinguió con él, entre los que merecen el éxito y los pecadores. Todo aquel que siga su guía será orientado correctamente y quien se desvíe de Su Camino será un desviado y no logrará más que oprimirse a sí mismo. Que Allah le otorgue Su paz y bendiciones, y a todos los otros Mensajeros y Profetas. [3]
Podemos ahora resumir la necesidad que el hombre tiene del mensaje en los siguientes puntos:
1. El hombre es un ser creado y es el objetivo de su vida conocer a su Señor y Creador; lo que Él quiere de él y porqué fue creado. Sin embargo, el hombre no puede saber todo independientemente excepto a través de los Profetas y Mensajeros y la luz que ellos han recibido.
2. El hombre está compuesto de cuerpo y alma. La nutrición del cuerpo está se consigue con alimento y bebida, pero la nutrición del alma ha sido prescripta por Quien la ha creado; esta nutrición es la verdadera religión y las buenas obras. Por eso los Profetas y Mensajeros enseñaron la verdadera religión y fomentaron las buenas obras.
3. El hombre cree en Allah por naturaleza y debe tener una religión que practicar y esta religión debe ser la verdadera. Por lo tanto, no hay manera de conocer la verdadera religión a menos que se crea en los Profetas y Mensajeros y en lo que ellos trajeron.
4. El hombre necesita conocer el camino que lo llevará a la complacencia de Allah en este mundo y en Su Paraíso y a la felicidad en el Más Allá. Y nadie puede guiarlo por este camino excepto los Profetas y Mensajeros.
5. El hombre es débil y muchos enemigos lo acechan: El demonio quiere desviarlo del camino, las malas compañías hacen cosas malas que parecen ser buenas para incitarlo a cometer el mal. Por lo tanto, necesita protección de los planes malignos de sus enemigos y son los Profetas y Mensajeros quienes guiaron al hombre hacia ello y se lo explicaron claramente.
6. El hombre es sociable por naturaleza, por lo tanto, para sus relaciones necesita una ley por medio de la cual se pueda establecer la justicia y la equidad entre las personas, la ausencia de la misma produce la existencia de la ley de la jungla donde el mas fuerte abusa del más débil. Además, la ley divina protege el derecho de todos sin excesos ni negligencias y nadie podría traer una ley tan perfecta excepto los Mensajeros y Profetas.
7. El hombre necesita saber lo que le dará tranquilidad y seguridad psicológica y lo guiará al camino de la verdadera felicidad. Esto es lo que los Profetas y Mensajeros tienen como objetivo. Después de explicar por qué la creación necesita a los Profetas y Mensajeros, es apropiado discutir ahora la resurrección después de la muerte y explicar las pruebas y evidencias que así lo demuestran.
- [1] A‘laam An-Nubuwwa por ‘Ali bin Muhammad Al-Mawardi p. 33.
- [2] Ahmad bin Abdul-Halim, conocido como Ibn Taimiah. Nació en el año 661 D.H. y murió en el año 728 D.H. Fue uno de los grandes sabios de la nación Islámica.
- [3] Qaa‘idah fi wuyubil I‘tisaam bir-risaalah por Ibn Taymiyyah, Ver: Al-Fataawaa 19 p.99-102.